El negocio de los artistas del ‘más allá’
En la industria del entretenimiento, la muerte de un artista a menudo despierta un interés renovado en su trabajo, generando un impulso económico significativo para aquellos que controlan sus derechos y legado. Este fenómeno no es ajeno a los artistas latinos, cuyas contribuciones musicales y culturales continúan resonando mucho después de su partida. Aunque su legado perdura, su explotación comercial plantea cuestiones éticas y morales sobre la manera en que se maneja su memoria.
Cinco ejemplos para enumerar:
- Selena Quintanilla: La reina del Tex-Mex, asesinada trágicamente en 1995, sigue siendo una figura icónica en la música latina. Su familia ha continuado administrando su legado, desde la música hasta la moda, generando millones de dólares en ingresos cada año.
- Juan Gabriel: El “Divo de Juárez” dejó un legado musical incomparable cuando falleció en 2016. Su catálogo de éxitos sigue siendo una fuente de ingresos para sus herederos, quienes han autorizado la producción de álbumes póstumos y la organización de conciertos homenaje.
- Celia Cruz: Conocida como la “Reina de la Salsa”, Celia Cruz es una leyenda de la música latina. A pesar de su fallecimiento en 2003, su música sigue siendo omnipresente en la cultura latina, generando ingresos a través de ventas de álbumes, licencias y homenajes.
- José José: El “Príncipe de la Canción” dejó un legado imborrable en el mundo de la música romántica en español. Tras su muerte en 2019, su música experimentó un resurgimiento, con un aumento en las ventas de álbumes y la transmisión en línea.
- Jenni Rivera: Conocida como “La Diva de la Banda”, Jenni Rivera continúa siendo una fuerza en la música regional mexicana. Su familia ha capitalizado su legado a través de la publicación de álbumes póstumos, programas de televisión y mercancía relacionada.
Dos opiniones
La cuestión de si está bien o mal que los herederos y/o dueños de derechos de los artistas continúen lucrando con sus memorias y lancen música inédita es compleja y subjetiva, y puede generar opiniones encontradas.
Por un lado, algunos argumentan que mantener viva la memoria de un artista a través de su música y otros productos puede ser una forma legítima de honrar su legado y permitir que nuevas generaciones descubran su obra. Además, para muchas familias, la administración del legado de un artista fallecido puede ser una fuente legítima de sustento económico, especialmente si el artista era el principal sostén de la familia.
Sin embargo, otros ven esta práctica con escepticismo y preocupación. Existe el riesgo de que la explotación comercial excesiva de la memoria de un artista pueda desvirtuar su legado y convertirlo en poco más que una marca comercial. Además, lanzar música inédita después de la muerte de un artista plantea preguntas éticas sobre si esas obras realmente reflejan la visión artística del artista y si este estaría de acuerdo o no en que fueran lanzadas.
En conclusión
En última instancia, la respuesta a esta pregunta puede variar según el contexto específico de cada artista y su legado, así como según las intenciones y acciones de quienes controlan su patrimonio. Es importante que los herederos y administradores del legado de un artista actúen con respeto y sensibilidad hacia su obra y su memoria, equilibrando la preservación de su legado con la integridad artística y los deseos del propio artista.
Published April 22nd 2024, 10:32:18 am